sábado, 26 de mayo de 2012

Novena a San Judas Tadeo - Día 1


DÍA PRIMERO 

San Judas, el sanador poderoso
San Judas acompañó a Jesús por las aldeas de Israel y fue testigo de su poder de sanación. Tal vez el vio a Jesús curar a los diez leprosos, sanar a una mujer sufriendo hemorragias, resucitar a los muertos. Cuando el pobre ciego gritó, "¡Jesús, hijo de David! Ten compasión de mí," San Judas probablemente oyó a Jesús contestar: "Recobra tu vista. Tu fe te ha sanado." (Lc 18:39-42)
San Judas fue uno de los discípulos a quienes Jesús "dio poder y autoridad ... y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. " (Lc 9:1-2). Los envió de dos en dos, y ellos se quedaron admirados porque "Echaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite." (Mc 6:13)
Tal vez dudamos que Dios quiera lo mejor para nosotros. Puede ser que a veces pensemos que nuestro sufrimiento o enfermedad es un castigo de Dios por nuestros pecados. Nos olvidamos como Jesús trabajaba incansablemente para sanar a los enfermos. Cuando Jesús curó al hombre que nació ciego, explicó, "Esta incapacidad no es por haber pecado él o sus padres, sino para que la obra de Dios se manifieste en él." (Jn 9:3)
San Judas entendió que el deseo del Señor era sanar a la gente. Después de la ascensión de Jesús, San Judas y los otros apóstoles "salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con señales milagrosas que los acompañaban." (Mc 16:18) Las palabras de Jesús durante la última cena se cumplieron en San Judas: "Les aseguro que la persona que cree en mi hará también las obras que yo hago, y hará otras todavía más grandes." (Jn 12:14)
ORACIÓN
San Judas, tú fuiste testigo del poder sanador de nuestro Señor, Jesús. Tú viste su compasión por los enfermos y moribundos. Tú mismo tocaste a los enfermos, compartiste los dolores de los afligidos, y animaste a los desconsolados. Tú recibiste la autoridad y el poder de Jesús para hacer maravillas, curar a los incurables, y restaurar a los incapacitados. Te pedimos que intercedas ante nuestro hermano, Jesús, para que envíe su gracia para sanar a los enfermos y afligidos, para levantar a los espíritus caídos, y para infundir esperanza a los corazones desesperados. Amén.
  • Compromiso. Prometo que de alguna manera llevaré la buena nueva del amor de Dios a una persona enferma.

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