viernes, 1 de junio de 2012

Novena a San Judas Tadeo - Día 7


DÍA SÉPTIMO 

San Judas, Predicador de la Buena Nueva del Reino de Dios 
Jesús entrenó a San Judas y envió a él y a los demás a las aldeas lejanas para predicar la Buena Nueva y para trabajar por el reino de Dios. Después de la ascensión de Cristo, San Judas se dedicó a continuar la obra del Señor y se acordó de su mandato, "Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y sepan que yo siempre estaré con ustedes hasta el fin del mundo." (Mt 28:19-20)
A veces pensamos que no estamos llamados ni enviados; erróneamente pensamos que no tenemos nada que ofrecer al mundo o que nos falta conocimiento o poder suficiente para cambiar las cosas. Nos olvidamos que por el bautizo recibimos una luz y fuimos comisionados igualmente como San Judas, "Ustedes son la sal de la sierra.... la luz del mundo .... Procuren que su luz brille delante de la gente para que viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo." (Mt 5:13-16)
San Judas sabía cómo llevar la Buena Nueva de Jesús a otros. Aprendió del Señor que cuando demos de comer a los hambrientos o beber a los que tienen sed o vestimos a los desnudos o visitamos a los enfermos o encarcelados, estamos haciéndolo a Jesús. (Mt 25:31-46)
Valientemente San Judas anunciaba la Buena Nueva del amor de Dios y con entusiasmo predicaba la venida del reino de justicia, paz y amor. Recordaba las palabras de Jesús en la última cena: "En el mundo, ustedes habrán de sufrir, pero tengan valor; yo he vencido al mundo." (Jn 16:33)
ORACIÓN
San Judas, tú dejaste tu casa y viajaste lejos para llevar la Buena Nueva del amor de Dios a todas las naciones. Predicaste con entusiasmo todo lo que habías aprendido personalmente de las palabras y obras del Señor Jesús. Tú valientemente enfrentaste la critica, el rechazo y al final el martirio. Pide al Señor que envíe al Espíritu Santo para que podamos ser fieles mensajeros del amor, perdón y justicia de Dios a este mundo tan egoísta, violento e injusto. Ayúdanos a ser la sal de la sierra y la luz del mundo por la manera caritativa y compasiva que hablamos y tratamos a los demás. Amén.
  • Compromiso. Actuaré según mi fe y llevaré la Buena Nueva de Jesucristo a otros por mis palabras, obras y ejemplo.

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